Muchos hogares todavía calientan sus estancias con calderas de gasoil o de gas y radiadores de toda la vida. Han cumplido con su función durante años, sí, pero su consumo y sus emisiones ya no encajan con los tiempos actuales.
La buena noticia es que no siempre hace falta meterse en una reforma completa para dar el salto a un sistema más eficiente. La aerotermia permite aprovechar buena parte de la instalación que ya tienes (tuberías, radiadores y distribución) y transformar tu casa en un espacio más moderno, cómodo y sostenible.
En Grupo Aplus lo vemos: viviendas de los años 80 o 90 que, tras un buen estudio técnico y la elección adecuada del equipo, consiguen reducir su gasto en calefacción entre un 40% y un 70%, sin tocar un solo radiador. Sí, se puede disfrutar de la eficiencia de la aerotermia sin obras grandes. Solo hace falta conocimiento técnico y una planificación cuidada.
Índice de contenido
- 1.¿Qué es la aerotermia y por qué funciona con radiadores?
- 2.Temperatura de impulsión: la clave de la compatibilidad
- 3.¿Se puede usar aerotermia con radiadores antiguos?
- 4.Factores que determinan la viabilidad sin obras
- 5.Caso de éxito: del gasoil al ahorro sin polvo ni reformas
- 6.Soluciones prácticas para adaptar tus radiadores sin hacer obra
- 7.Ventajas de instalar aerotermia aprovechando tus radiadores antiguos
¿Qué es la aerotermia y por qué funciona con radiadores?
La aerotermia con radiadores es un sistema que extrae energía del aire exterior para calentar el agua de tu instalación interior. Lo hace mediante una bomba de calor aire-agua, capaz de transferir calor en invierno y refrescar en verano.
El resultado: una energía limpia, eficiente y con menor coste de uso que una caldera tradicional.
Mientras una caldera quema combustible para generar calor, la aerotermia solo utiliza electricidad para mover energía. Por eso puede ofrecer hasta cuatro veces más calor del que gasta en electricidad. Y eso, mes a mes, se nota en la factura.
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Temperatura de impulsión: la clave de la compatibilidad
El punto decisivo cuando se combina aerotermia con radiadores antiguos está en la temperatura de impulsión, es decir, la temperatura del agua que sale del equipo hacia los radiadores.
Los radiadores clásicos están diseñados para trabajar con temperaturas altas (entre 70 °C y 80 °C), como las que generan las calderas. La aerotermia, en cambio, funciona mejor a temperaturas más bajas (entre 35º C y 55º C), donde logra su máxima eficiencia.
¿Incompatibles? Para nada. Hoy existen equipos de aerotermia de alta temperatura, capaces de alcanzar hasta 75 °C sin perder rendimiento.
¿Se puede usar aerotermia con radiadores antiguos?
La respuesta es sí. Pero, como todo en climatización, depende de algunos factores técnicos.
Compatibilidad según el tipo de radiador
No todos los radiadores se comportan igual:
- Hierro fundido: los más antiguos y, a la vez, los más nobles. Conservan el calor durante horas y funcionan especialmente bien con aerotermia.
- Aluminio: se calientan y enfrían rápido; a veces conviene aumentar su superficie o añadir alguna unidad más.
- Acero: equilibran rapidez y retención de calor, suelen rendir muy bien con un ajuste correcto del sistema.
En la mayoría de viviendas los radiadores pueden mantenerse. A veces se sustituye uno o dos por modelos de mayor tamaño para compensar la menor temperatura de impulsión, pero sin obras ni complicaciones.
Factores que determinan la viabilidad sin obras
Antes de instalar aerotermia sobre una red existente, conviene analizar:
- Aislamiento de la vivienda. Cuanto mejor esté aislada, menos exigencia tendrá el sistema y más ahorro se consigue.
- Superficie y número de radiadores. A mayor superficie emisora, más homogéneo y eficiente será el calor.
- Temperatura de confort deseada. No es lo mismo mantener 19 °C que 23 °C; un buen ajuste evita sobredimensionar el equipo.
- Potencia y tipo de bomba. Elegir bien entre monobloc o bibloc (y optar por refrigerante R290) marca la diferencia en rendimiento y sostenibilidad.
Cuando todos estos factores se combinan correctamente, no hace falta obra ni cambiar radiadores, solo una adaptación profesional.
Caso de éxito: del gasoil al ahorro sin polvo ni reformas
Uno de nuestros clientes en Alicante tenía una vivienda unifamiliar con radiadores de hierro fundido y una vieja caldera de gasoil. Optamos por instalar una LG Therma V HT de 16 kW con depósito de inercia, aprovechando toda la red existente.
El resultado fue un ahorro de más del 50% en consumo, un confort estable, sin ruidos ni olores… y todo sin obra. Una instalación limpia, rápida y con un retorno de inversión en unos cuatro años.
Soluciones prácticas para adaptar tus radiadores sin hacer obra
Hay varias formas de integrar la aerotermia con radiadores antiguos sin levantar el suelo ni reformar la vivienda:
- Sustituir la caldera por una bomba de calor aerotérmica. Se aprovecha la misma red de radiadores y tuberías, cambiando solo la fuente de energía. Los equipos monobloc de alta temperatura, como los de LG, simplifican mucho la instalación.
- Añadir un depósito de inercia o válvulas termostáticas. Mejoran la estabilidad del sistema, reducen el desgaste del compresor y permiten ajustar la temperatura por estancia.
- Elegir aerotermia de alta temperatura (hasta 75 °C). Perfecta para mantener radiadores antiguos sin pérdida de confort, incluso en climas fríos. Los modelos con gas R290 destacan por su eficiencia y bajo impacto ambiental.
- Combinar sistemas: radiadores + suelo radiante o fan coils. Ideal en reformas parciales o ampliaciones. Se mantiene lo que ya funciona y se actualiza solo lo necesario.
Ventajas de instalar aerotermia aprovechando tus radiadores antiguos
Mejorar sin destruir: el sentido común de una buena reforma energética
Si algo tiene sentido en una reforma energética, es mejorar sin destruir. Y eso es exactamente lo que permite la aerotermia cuando se adapta a sistemas de calefacción ya existentes: conservar lo que funciona y optimizar lo que no.
Sin grandes reformas ni polvo
La primera ventaja se nota antes de encender el equipo: no hay que levantar suelos ni hacer obra. En la mayoría de casos, la instalación se completa en pocos días, conectando la bomba de calor a las tuberías y radiadores que ya tienes en casa. Solo se añade un pequeño depósito de inercia y la unidad exterior. Sin semanas de albañiles, sin polvo, sin complicaciones.
Ahorro energético y económico
El cambio se nota en la factura. Una bomba de calor aerotérmica puede consumir entre un 60% y un 75% menos energía que una caldera de gasoil o propano. Además, no necesita revisiones de combustión ni genera residuos, por lo que el mantenimiento también se reduce.
En viviendas con radiadores antiguos, la eficiencia final dependerá del aislamiento y del tipo de equipo, pero el ahorro real se empieza a notar desde el primer invierno.
Más confort y control total
Pasar de una caldera convencional a un sistema aerotérmico es dar el salto de lo analógico a lo digital.
Podrás regular la temperatura de cada habitación, programar horarios, o controlar todo desde el móvil.
El calor se distribuye de forma más uniforme: sin picos, sin aire seco, sin radiadores ardiendo. Solo una sensación de confort estable, suave y continuo durante todo el día.
Energía limpia y acceso a subvenciones
La aerotermia está reconocida por la Unión Europea como energía renovable, lo que abre la puerta a subvenciones y deducciones fiscales. Las ayudas de los fondos Next Generation pueden cubrir hasta un 40% del coste total de la instalación, acelerando el retorno de la inversión.
Y al dejar atrás los combustibles fósiles, tu hogar reduce sus emisiones de CO₂ y su huella ambiental.
Cuándo no es la mejor opción
Aunque la aerotermia es muy versátil, hay casos donde conviene revisar algunos aspectos antes de instalarla:
- Aislamiento deficiente. Si la casa pierde calor fácilmente, el rendimiento será menor. Mejorar ventanas o cerramientos puede marcar la diferencia.
- Radiadores muy pequeños o deteriorados. Si tienen poca superficie o están oxidados, bastará con sustituir algunos por modelos más grandes.
- Instalaciones eléctricas antiguas. La aerotermia requiere una conexión estable; a veces solo hace falta actualizar el cuadro eléctrico.
- Falta de espacio exterior. En pisos sin terraza o patio, estudiamos soluciones alternativas como unidades interiores o sistemas híbridos.
En resumen, la mayoría de viviendas pueden adaptarse, pero una visita técnica profesional es clave para asegurar que la inversión sea rentable y duradera.
Cuánto cuesta instalar aerotermia con radiadores antiguos
El precio final depende de varios factores: tamaño de la vivienda, tipo de radiadores, potencia del equipo y configuración hidráulica.
Aun así, podemos hablar de rangos orientativos:
- Piso de 90-120 m²: desde 6.000 € a 8.000 €
- Chalet de 150-200 m²: entre 8.000 € y 11.000 €
- Viviendas de más de 200 m² o con ACS integrado: entre 12.000 € y 14.000 €
Estos precios incluyen equipo, instalación básica y ajustes hidráulicos. Y recuerda: con las ayudas disponibles, el coste real puede reducirse hasta un 40%.
Consejos Aplus para una instalación sin sorpresas
Después de más de 10.000 instalaciones, sabemos que el éxito no depende solo del equipo, sino del estudio previo y la puesta a punto.
- Revisión del circuito de radiadores. Antes de instalar, conviene limpiarlo para eliminar lodos o incrustaciones.
- Cálculo térmico personalizado. Cada vivienda necesita una potencia distinta.
- Apuesta por el gas R290. Es un refrigerante natural, más eficiente y con menor impacto ambiental.
- Instalación por técnicos certificados. Una mala configuración puede reducir la eficiencia hasta un 20 %.
- Mantenimiento preventivo. Una revisión anual mantiene el sistema en su punto óptimo.
Modernizar tu calefacción no tiene por qué implicar romper tu casa. A veces, la verdadera innovación consiste en saber integrar lo existente con lo nuevo.
Si tus radiadores siguen funcionando, la aerotermia puede darles una segunda vida: sin obras, sin ruidos y con una factura mucho más baja.
En Grupo Aplus lo vemos cada semana: hogares que cambian su forma de calentar sin perder confort ni estética, ganando en ahorro y sostenibilidad.
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