Seguro que más de una vez te has hecho esta pregunta:
¿Qué me compensa más, invertir en aerotermia o seguir con la calefacción eléctrica de toda la vida?
La duda tiene todo el sentido. La climatización es, de largo, el mayor gasto energético en una vivienda: entre el 40% y el 60% de la factura de un hogar medio en España se va en mantener la casa caliente en invierno y fresca en verano. Y claro, cualquier decisión en este terreno se traduce en euros a final de mes.
Además, el 2025 no viene precisamente con un panorama tranquilo:
- La electrificación se ha convertido en el gran pilar de la descarbonización.
- La luz sigue inestable y obliga a buscar sistemas que saquen más rendimiento de cada kWh.
- Las soluciones híbridas crecen con fuerza: aerotermia combinada con placas solares, por ejemplo, que permiten depender mucho menos de la red.
Con este escenario, la pregunta ya no es solo técnica. Es también económica y, en muchos casos, medioambiental. Vamos a ver cómo funciona cada opción y dónde están las diferencias.
Índice de contenido
¿Qué es la aerotermia y cómo funciona?
La aerotermia es de esas tecnologías que suenan a ciencia ficción, pero que ya son una realidad en muchos hogares. Se basa en una bomba de calor aire-agua capaz de sacar partido a la energía que está en el aire exterior (sí, incluso cuando fuera hace frío) para transformarla en calor dentro de tu casa.
El proceso es bastante simple de entender:
- La unidad exterior capta el calor del aire.
- Ese calor pasa a un gas refrigerante, que al comprimirse aumenta su temperatura.
- Después, la energía se transfiere al agua que circula por tu sistema de calefacción o que utilizas para agua caliente sanitaria (ACS).
- Y así, en un ciclo continuo, la máquina genera calor de manera eficiente.
Lo interesante está en el rendimiento: por cada 1 kWh eléctrico que consume, la aerotermia puede producir entre 3 y 5 kWh de calor. En otras palabras: multiplica la eficiencia de una resistencia eléctrica convencional.
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Ventajas claras de la aerotermia
- Ahorro en consumo: frente a radiadores eléctricos, la reducción puede superar el 70%.
- Sistema versátil: no solo da calefacción en invierno, también puede refrescar en verano y cubrir la demanda de agua caliente todo el año. Eso sí, en zonas muy húmedas, para refrigeración mejor el aire acondicionado.
- Alta eficiencia: hasta el 75% de la energía que utiliza viene directamente del aire, que es gratuita.
- Aliada de las renovables: si la combinas con placas fotovoltaicas, el consumo de red puede llegar a ser prácticamente nulo.
- Más sostenible: como requiere menos electricidad, la huella de carbono se reduce de forma notable.
Limitaciones a tener en cuenta
No todo son ventajas, y conviene saberlo antes de decidir:
- La inversión inicial es más alta: en muchos casos puede duplicar el coste de una instalación eléctrica básica.
- Necesita espacio técnico: hay que contar con sitio para la unidad exterior y la interior.
- En climas muy fríos su rendimiento baja: aunque sigue funcionando, puede requerir apoyo eléctrico.
- Instalación especializada obligatoria: si no se dimensiona y ajusta bien, el consumo puede dispararse en lugar de reducirse.
Comparativa de consumo: aerotermia vs calefacción eléctrica
Cuando la eficiencia marca la diferencia
La primera gran diferencia entre estos dos sistemas está en cómo aprovechan la energía.
- Con aerotermia, cada kWh de electricidad que gastas se transforma en 3, 4 e incluso 5 kWh de calor. Es como si pusieras un euro y te devolvieran tres o cuatro.
- Con la calefacción eléctrica de toda la vida, la cuenta es mucho más simple: 1 kWh de luz = 1 kWh de calor. Sin multiplicadores.
Traducido a lo cotidiano: la aerotermia hace mucho más con mucho menos.
El consumo en una casa
Imagina una vivienda de 100 m² en una zona de clima medio, con una necesidad de unos 8.000 kWh de calor al año.
- Si la calientas con aerotermia, tu contador de la luz marcaría entre 2.600 y 3.000 kWh.
- Si lo haces con eléctrica, directamente 8.000 kWh.
Dicho claro: la aerotermia reduce tu consumo en más de un 60%.
¿Y eso cuánto cuesta al año?
Vamos a números: con un precio medio de la luz de 0,25 €/kWh en 2025:
- Aerotermia: unos 700 € al año.
- Eléctrica: unos 2.000 € al año.
La diferencia se siente: más de 1.200 € de ahorro anual solo en calefacción.
Inversión y amortización
Aquí está el “pero” que muchos piensan: la inversión inicial.
- La aerotermia puede costar entre 8.000 y 14.000 €, dependiendo de la vivienda. Pero con el ahorro, se amortiza en 4 a 7 años. Y luego, cada invierno, tu bolsillo respira.
- La eléctrica es barata de arrancar: radiadores desde 300 €, un suelo radiante puede irse a 4.000 €. Pero a largo plazo, la factura se convierte en un lastre.
Mantenimiento y vida útil
- Aerotermia: pide revisiones básicas, pero te da 15-20 años de servicio estable.
- Eléctrica: casi no requiere mantenimiento, aunque muchos equipos duran menos (5-10 años en radiadores portátiles).
Entonces, ¿qué elegir?
- Aerotermia es para ti si vives en tu vivienda principal, usas calefacción de forma continua y valoras eficiencia y sostenibilidad. Y si además puedes sumar fotovoltaica, es un “sí” rotundo.
- Eléctrica solo tiene sentido en segundas residencias, pisos pequeños o lugares donde la calefacción se usa poco.
En la batalla del consumo y la eficiencia, no hay dudas:
La aerotermia gana. Consume hasta un 70% menos, ahorra más de 1.000 € al año en muchos hogares y, combinada con energía solar, puede dejar tu factura casi en cero.
La calefacción eléctrica, aunque sencilla y barata de instalar, queda como opción para casos puntuales.
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