¿Tu factura eléctrica se dispara cada verano? No eres el único. Mantener una oficina fresca puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza cuando llega el calor… y la factura. Pero lo cierto es que trabajar a gusto no debería estar reñido con el ahorro.
En un momento en que la eficiencia energética marca la diferencia entre una empresa que avanza y otra que se queda atrás, optimizar el uso del aire acondicionado en oficinas es casi una obligación. No solo por sostenibilidad ,que también, sino porque reducir el consumo sin perder confort mejora el ambiente laboral y aligera los costes operativos.
Índice de contenido
- 1.El equilibrio entre confort y eficiencia: el gran reto de las oficinas modernas
- 2.Cómo influye el aire acondicionado en el consumo energético de una oficina
- 3.Cómo funciona realmente tu sistema de aire acondicionado
- 4.7 estrategias prácticas para ahorrar energía sin perder confort
- 5.¿Caso real: cómo una oficina consiguió bajar su factura un 30 % sin perder confort
- 6.Cuándo pensar en renovar el aire acondicionado de tu oficina
El equilibrio entre confort y eficiencia: el gran reto de las oficinas modernas
Seguro que te suena: una compañera con chaqueta en pleno agosto y otro pidiendo bajar la temperatura porque “esto parece un horno”. Esa pequeña “guerra del aire” es más común de lo que parece, y aunque haga gracia, afecta directamente al bienestar y la productividad del equipo.
Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), una temperatura inadecuada puede reducir el rendimiento laboral hasta un 10%. Por eso se recomienda mantener entre 23 °C y 25 °C en verano, y entre 20 °C y 22 °C en invierno.
Cuando se respetan estos rangos, el confort mejora y el sistema no trabaja de más. Y eso se traduce en menos averías y menos gasto. Al final, la temperatura también forma parte de la experiencia del empleado: influye en su ánimo, en su concentración y hasta en la forma en que percibe su entorno laboral.
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Cómo influye el aire acondicionado en el consumo energético de una oficina
La climatización representa entre el 30% y el 50% del consumo total de una oficina. Es decir, de cada 100 € en la factura, hasta la mitad puede venir del aire acondicionado.
¿Por qué se dispara tanto el consumo del aire acondicionado? Normalmente por una combinación de varios factores:
- Equipos antiguos. Si tu instalación tiene más de diez años, puede ser hasta un 40 % menos eficiente que una actual.
- Mantenimiento deficiente. Filtros sucios, fugas de gas o conductos mal sellados hacen que el equipo trabaje el doble.
- Temperatura mal regulada. Cada grado por debajo de lo recomendado aumenta el gasto alrededor de un 7 %.
- Espacios mal aprovechados. Si climatizas zonas vacías o sin control independiente, estás tirando energía (y dinero).
Cómo funciona realmente tu sistema de aire acondicionado
Aunque no lo parezca, el aire acondicionado no “genera” frío. Lo que hace es extraer el calor del interior y expulsarlo fuera. Para eso, el compresor, el evaporador y el condensador trabajan en cadena.
Si fuerzas ese ciclo por ejemplo, dejando el aire encendido cuando la oficina está vacía o bajando el termostato a 19 °C, el equipo sufre más y consume mucho más.
Por eso, entender cómo funciona y usarlo de forma coherente es el primer paso real hacia el ahorro.
7 estrategias prácticas para ahorrar energía sin perder confort
1. Ajusta la temperatura de forma inteligente
No hace falta convertir la oficina en un iglú. Mantener el aire entre 24 °C y 25 °C en verano (y 21 °C en invierno) es suficiente para estar cómodo. Además, los termostatos programables ayudan a que el sistema solo trabaje cuando toca, no todo el día.
2. Apuesta por sistemas inverter y tecnología eficiente
Los equipos con tecnología Inverter ajustan la potencia automáticamente y evitan los picos de consumo. Con ellos, puedes ahorrar hasta un 30 % en electricidad y ganar en estabilidad térmica. Y si eliges modelos con etiqueta energética A++ o superior, el ahorro será aún mayor.
3. Mantenimiento regular: el ahorro invisible
Un mantenimiento al día es como pasar la ITV de tu aire acondicionado. Limpiar los filtros, revisar el gas y comprobar las conexiones puede reducir el consumo entre un 5 % y un 15 %. En Grupo Aplus lo vemos a menudo: muchas oficinas pagan de más simplemente porque su equipo está sucio o mal calibrado.
4. Optimiza la distribución del aire
Si el aire no se reparte bien, tendrás zonas frías y otras donde el calor no se va. Colocar bien los difusores y planificar una climatización por zonas puede marcar la diferencia tanto en confort como en consumo.
5. Automatiza con sensores y termostatos inteligentes
La tecnología también puede ayudarte. Los sensores de presencia o termostatos conectados ajustan la temperatura según la ocupación real del espacio. En oficinas medianas o grandes, esto puede reducir el gasto energético hasta un 20 %.
6. Aprovecha la ventilación natural
No todo depende del aire acondicionado. Si abres las ventanas a primera hora de la mañana o al caer la tarde, cuando el aire es más fresco, puedes renovar el ambiente sin consumir energía. Y durante las horas fuertes de sol, baja las persianas: el aire te lo agradecerá.
7. Implica al equipo
Por último, y quizá lo más importante: la eficiencia también es una cuestión de hábitos. Apagar el aire al salir, mantener las puertas cerradas o no tapar las rejillas de ventilación parecen gestos pequeños, pero suman. Cuando el equipo entiende el porqué del ahorro, todo fluye mejor
Caso real: cómo una oficina consiguió bajar su factura un 30 % sin perder confort
Te contamos un caso real que vimos hace poco.
Una oficina de unos 500 m², con 40 personas trabajando cada día. Tenían un sistema de aire acondicionado de más de diez años. Funcionaba, sí… pero a su manera. En verano había zonas congeladas y otras que parecían un invernadero. En invierno, justo al revés.
La factura eléctrica rondaba los 1.200 € al mes, y la gente ya estaba harta de pelearse con el termostato.
Lo que encontramos
Cuando hicimos la auditoría energética desde Grupo Aplus, vimos tres cosas claras:
- El sistema era antiguo y sin tecnología inverter.
- El mantenimiento se hacía “cuando había tiempo”, así que el rendimiento era bajo.
- No existía control por zonas: todo el sistema iba igual, hubiera 40 personas o 4.
Nada fuera de lo común, por desgracia.
Lo que hicimos
- Lo primero fue sustituir el sistema por equipos inverter A+++, capaces de ajustar la potencia según la necesidad real.
- Instalamos termostatos inteligentes y sensores de presencia en cada área con Airzone, para que solo se climatizara lo necesario.
- Y, muy importante, pusimos en marcha un mantenimiento preventivo trimestral, con limpieza de filtros y revisión de gas.
- Aprovechamos también para redistribuir los difusores, de modo que el aire circulara mejor y no hubiera zonas “polos” ni “desiertos”.
El resultado
A los seis meses, el consumo había bajado un 27 %, y las encuestas internas mostraban una mejora del 35 % en confort. Además, la inversión se amortizó en menos de tres años, gracias al ahorro en electricidad y a que desaparecieron las averías continuas.
Pero más allá de los números, lo que cambió fue el ambiente: la gente volvió a estar cómoda, el aire se notaba más limpio y el equipo de mantenimiento ya no tenía que correr cada semana.
Porque la eficiencia no se mide solo en kilovatios, también en bienestar y tranquilidad.
Cuándo pensar en renovar el aire acondicionado de tu oficina
Muchos clientes nos dicen: “el sistema aún funciona”. Y sí, funciona… pero ¿a qué precio?
Si te pasa alguna de estas cosas, puede que haya llegado el momento de revisar la instalación:
- La factura sube cada mes, aunque el uso sea el mismo.
- El aire hace ruidos o vibraciones raras.
- Hay que llamar al técnico más de lo habitual.
- Algunas zonas están frías y otras calientes.
- No puedes programar horarios ni controlar el sistema a distancia.
Los equipos nuevos no solo consumen menos. También mejoran el confort, usan refrigerantes ecológicos y pueden monitorizar el consumo en tiempo real.
Además, ahora existen subvenciones y deducciones fiscales que ayudan a financiar parte de la inversión. En Grupo Aplus te acompañamos en todo: desde el estudio energético hasta la tramitación de las ayudas.
Confort y sostenibilidad: dos caras de la misma moneda
Hoy el confort térmico no es un lujo. Es una necesidad para trabajar bien y cuidar la salud del equipo. Y si, además, puedes hacerlo consumiendo menos energía, estás ganando por partida doble.
Las empresas que apuestan por sistemas eficientes ahorran, sí, pero también mejoran su reputación y su compromiso con la sostenibilidad. Cada vez más oficinas dan ese paso: climatización inteligente, sensores de presencia, control remoto, calidad del aire monitorizada… Es el camino hacia los edificios inteligentes, pensados para las personas.
¿Quieres saber cuánto podrías ahorrar tú?
En Grupo Aplus llevamos años ayudando a empresas a reducir consumo y ganar confort. Analizamos tu instalación, te proponemos la mejor solución y lo gestionamos todo sin complicaciones.
Si quieres, empezamos con una presupuesto sin compromiso. Solo necesitas contarnos cómo trabajáis y nosotros te decimos dónde puedes ahorrar.
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